Todo el mundo sabe que practicar deporte es importante para mantener nuestro bienestar físico. ¿Pero que decir del impacto que tiene en nuestra mente? ¿Tiene la actividad física efectos sobre nuestra capacidad de aprendizaje y sobre nuestro bienestar emocional? ¡Vamos a descubrirlo!
Lo que dice la neurociencia
Los últimos estudios de neurociencia han puesto en evidencia que practicar de forma moderada pero constante deporte tiene claros beneficios en el aprendizaje:
- Facilita la consolidación de las nuevas redes neuronales.
- Estimula la neurogénesis.
- Protege tu cerero de enfermedades neurodegenerativas.
1. Facilita la consolidación de las nuevas redes neuronales
El ejercicio físico aumenta la producción de una molécula llamada BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro). Esta favorece la plasticidad sináptica, es decir, la formación de nuevas conexiones entre neuronas y su fortalecimiento. Recuerda que el aprendizaje es la formación de nuevas redes neuronales.
2. Estimula la neurogénesis
El ejercicio aumenta la neurogénesis (el nacimiento de nuevas neuronas) en una zona específica del cerebro llamada hipocampo que está implicada en la memoria a largo plazo. Esto quiere decir que practicar deporte tiene un impacto positivo en nuestra memoria.
3. Protege tu cerero de enfermedades neurodegenerativas
La práctica del deporte tiene un efecto positivo a largo plazo.
Un estudio sueco demostró que el hecho de practicar deporte en la juventud, independientemente de que las personas implicadas en el estudio siguieran realizando ejercicio o no, tenían beneficios acumulativos como mejores capacidades cognitivas y un efecto protector ante algunas enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Así que ya no hay excusas para no movernos. Encuentra un deporte que te guste y que puedas practicar de forma sostenible en el tiempo, con constancia.
Recórtate cada día un espacio para moverte. Te sentirás mejor gracias a la producción de endorfinas y pondrás en marcha todos los mecanismos que acabas de descubrir.