Una buena planificación, visualizaciones creativas, afirmaciones, objetivos bien definidos, retos a la altura de nuestras capacidades…Sí, todo esto es muy importante para avanzar con motivación en el camino hacia nuestras metas. Sin embrago, hay un factor clave que a menudo se suele olvidar.
Cierra tus ojos y empieza a imaginar cómo sería tu día se pasaran todas las cosas que deseas vivir: charlas con tu mejor amiga delante de un mojito escuchando música, avanzar en tu proyecto de trabajo/estudio, tener un momento apasionante con tu pareja, salir de fiesta con tus amigos, dar un paseo por tu ciudad y descubrir un rincón maravilloso y desconocido, tener éxito en tu trabajo….Qué maravilla, ¿verdad?
Hasta ahora hemos jugado con nuestra mente para imaginar y visualizar historias fantasiosas para recordar listas de palabras, vocabulario, conceptos, etc. Pero la magia no acaba aquí. Todo lo que pensamos, en cada instante, aparece en la «pantalla de cine» de nuestra mente bajo forma de imágenes. Por ejemplo, si ahora te pidiera de pensar en el Coliseo, verías la imagen de este monumento en tu mente…¿Verdad?
Todo empezó una noche de enero de 2009. Fue entonces cuando descubrí por primera vez que podemos utilizar nuestra mente de una forma casi mágica. Aquella noche mi vida cambió. Una chica de dieciocho años consiguió, delante de mí, memorizar 30 palabras escuchándolas solo una vez, con los ojos cerrados. Y no sólo esto, sino que además las recordó en el orden correcto. Fue increíble.
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