¿Cuanto tiempo perdemos intentando ser una persona diferente de la que somos en realidad? ¿Cuanta energía gastamos viendo solo lo que no tenemos y olvidándonos de nuestra esencia que nos hace especiales? Este cuento trata sobre este tema. ¡Buena lectura!
Con cariño
Federica
Un rey fue hasta su jardín y descubrió que todas las plantas, sus árboles, arbustos y flores, se estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid.
Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.
La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble.
Entonces
encontró una planta, una Fresa, floreciendo y más fresca que nunca.
El rey preguntó:
¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
-No lo sé- contestó la fresa.
-Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresas. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado.
En aquel momento me dije:
«Intentaré ser Fresa de la mejor manera que pueda».