¿Te ha pasado alguna vez de despertarte con el pie izquierdo y empezar el día con mal humor y negatividad? Estoy segura de que sí porque nos pasa a todo el mundo aunque, a veces, no sabemos el porqué.
Lo de que te quiero hablar hoy es de cómo hacer para salir de un estado de ánimo negativo y darte la oportunidad de vivir tu día de manera diferente.
Como ya sabes MENTE Y CUERPO están estrechamente relacionados y se influyen mutuamente. Cuando estamos cansados y estresados, por ejemplo, se nos bajan las defensas y es más fácil coger una gripe.
Cuando nos sentimos felices, al revés, nos sentimos llenos de energía y tal vez incluso podemos salir a la calle con el pelo mojado en un día de invierno, sin cogernos ni siquiera un resfriado.
De la misma manera, cuando estamos mal físicamente, también nuestro estado de ánimo se ve afectado.
Aprender a CONTROLAR NUESTRA FISIOLOGÍA es un medio muy útil para poder cambiar nuestro estado anímico.
Piensa en un día en el que te sentías triste.
Estoy segura de que también tu LENGUAJE NO VERBAL reflejaba esta tristeza. Piénsatelo por un segundo: ¿Qué postura tenías? ¿Cómo andabas? ¿Cómo era tu mirada?
Si caminas por la calle y te paras a observar a la gente que pasa, te puedes dar cuenta de su mundo interior, simplemente mirando su forma de andar.
Si ves a alguien caminando con la mirada hacia el suelo y con los hombros bajos, no emplearás mucho tiempo en darte cuenta de que esa persona se siente deprimida.
Por el contrario, si te encuentras una persona que camina con los hombros rectos, mirando al frente con la mirada viva y con la sonrisa en su cara, entenderás inmediatamente de que se siente bien y con energía.
No hacen falta estudios para percibirlo porque es algo natural: la fisiología es un reflejo de lo que ocurre en nuestras mentes.
La mente se comunica con el cuerpo haciendo que este produzca determinadas sustancias, dependiendo del estado de ánimo en que te encuentras.
Si tengo miedo mi cuerpo produce adrenalina y hace que mi ritmo cardíaco acelere. Si me siento feliz va a producir serotonina, que me proporcionará una sensación de bienestar y relajación.
Este mecanismo no es unidireccional: como he mencionado anteriormente funciona también al revés.
Así que si cambio mi fisiología, también puedo cambiar mi estado de ánimo.
Te haré un ejemplo.
Imagina que hoy me siento melancólica.
Probablemente tendré una mirada baja y perdida en mis pensamientos, andaré lentamente y sin energía. Además me arreglaré sin ganas e incluso me pondré en el coche un CD de música lenta, de acuerdo con mi estado de ánimo.
Todo esto alimentará esa emoción inicial, convirtiéndola en un sentimiento que me acompañará durante todo el día.
Sería genial si pudiera hacer algo para detener este mecanismo y darme la oportunidad de cambiar la tendencia del día, ¿no?
Lo que hay que hacer es actuar a un nivel físico, interrumpiendo este patrón.
Si quiero sentirme llena de energía lo que tengo que hacer es empezar a moverme como una persona feliz. Por ejemplo podría empezar a hacer un poco de estiramiento o movimiento, cambiar mi forma de andar y empezar a sonreír.
«No sonrío porque soy feliz. Estoy feliz porque sonrío «, dijo William James, y es realmente así.
Una simple sonrisa envía a nuestra mente una señal totalmente diferente a la de una expresión triste.
El hecho de que comiences a sonreír, a moverte, a escuchar una canción alegre, tiene el poder de cambiar las reacciones químicas de tu cuerpo y esto te ayudará a sentirte de manera diferente.
Naturalmente, si quisiéramos cambiar más profundamente lo que sentimos, tendríamos que cambiar nuestros pensamientos y las representaciones mentales que estamos teniendo. Como ya te dije en otro artículo, si cambiamos nuestros pensamientos, también podemos cambiar nuestros sentimientos.
A pesar de todo, sin embargo, cambiar la fisiología es el primer paso que podemos dar para detener un mecanismo que a menudo nos mantiene atrapados sin que nos demos cuenta.
Y ¿tu como te sientes hoy?
¿Cómo quieres sentirte?
Con cariño
Federica