PERDER EL NORTE

ITALIANO

El otro día tuve una a conversación con una persona muy importante en mi vida. Él  estaba bastante estresado y confundido: no sabía qué camino coger. Se encontraba en uno de estos momentos en los que se nos abren varias puertas y tenemos que elegir un camino, muchas veces renunciando a los otros.

Lleva muchos años trabajando muy duro, intensamente, llevando adelante más cosas a la vez además de su trabajo principal. Ahora su trabajo ha dejado de motivarle: por esta razón se está preguntando qué dirección coger, en cual camino invertir su tiempo y sus energías para dar una nueva cara a su futuro. Sigue dándole vueltas desde hace mucho tiempo con el único resultado de angustiarse, estresarse y ver todo más complicado de lo que realmente es.

Ayer me pasó una situación parecida. Quedé con una coachee y salió un tema que tiene  muchas cosas en común con la historia que acabo de contaros.

La única diferencia es que el tema, en este caso, no era profesional si no que sentimental.

Ella se estaba estresando por no saber que iba a pasar en su futuro con su pareja y por no entender si esta fuera la persona más apropiada para ella, para su crecimiento personal y para su felicidad.

¿Qué tienen en común estas historias a parte de la incertidumbre sobre una situación futura?

Lo que las acomuna es la INQUIETUD por entenderlo todo, la ansiedad por tenerlo todo controlado….

 Entonces se me ocurre una pregunta: ¿Qué es lo que podemos controlar?

Mientras la primera persona hablaba conmigo me acordé improvisamente de cuando tenía 18 años y elegí estudiar biología. En este momento sólo tenía claro que era lo que me fascinaba y lo que quería aprender…menos claro era que tipo de trabajo quisiera hacer.

Poco a poco, un examen después del otro, empecé a ver más claro lo que me interesaba más dentro de la biología, hasta llegar al último examen y saber claramente por qué camino seguir después.

Diferentemente de lo que yo pensaba este día, el día de mi licenciatura, no fue la META sino el PRINCIPIO de un nuevo percurso en el cual nacieron nuevas preguntas, nuevas inquietudes, y en el que se abrieron nuevos horizontes que hasta entonces habían sido del todo inimaginables.

Ayer, cuando hablé con  mi coachee, de la misma manera reviví improvisamente aquel lejano 2003, en el que estaba segura de haber encontrado el hombre de mi vida…sin embrago la vida, sin que hubiera podido sospecharlo previamente,  me propuso algo muy diferente de lo que yo pensaba fuera lo mejor para mí.

¿Te ha pasado alguna vez de encontrarte en una situación parecida?

Yo creo que si no tenemos claro que dirección escoger quizás sea porque todavía nos falta un trocito de camino para poder llegar al cruce. A lo mejor necesitamos vivir algunas experiencias más para poder ver claramente que es lo que queremos.

¿Cuántas veces nos amargamos la vida en el intento de planificarlo todo a perfección? Y ¿Cuántas veces, actuando de esta manera, perdemos momentos importantes de vida que a lo mejor nos habrían ayudado más de tanta racionalidad en aclarar nuestra visión?

Pienso que si consiguiéramos encontrar un justo EQUILIBRIO entre RACIONALIDAD, CONFIANZA EN LA VIDA MISMA  y ESCUCHA ACTIVA de nuestro corazón, entonces fluiríamos todos de manera más natural en el río de la vida, sin gastar tanta energía en correr a contracorriente.

Confiar en nosotros mismos es confiar en la vida.

Confiar en la vida es confiar en que las respuestas llegan si estamos abiertos y receptivos.

Aprender a escucharnos activamente es ser fieles a nuestros VALORES más profundos.

¿Que son los valores?

Son la respuesta a la pregunta: “¿Qué es realmente importante para mí en mi vida?

Los valores son nuestra BRÚJULA INTERIOR, la que puede indicarnos el norte cuando estamos perdidos y no sabemos en qué dirección tirar.

Hay muchas maneras para descubrirlos…Yo te voy a dejar un pequeño ejercicio que puede apoyarte en esta búsqueda.

Espero que descubrirlos te ayude en estos momentos en que estás bloqueado en un cruce para que sientas adonde ir.

Con cariño

Fedrica

EJERCICIO:    DESCUBRE TUS VALORES

Haz una lista de 10 personajes que te gusten y que estimes.

Pueden ser personas que conoces, personas famosas, personajes históricos o de fantasía.

Para cada una de estas personas escribe 5 adjetivos positivos que los describen y que hace que tú admires a estas personas.

Después transforma el adjetivo en valor.

Ejemplo:

PERSONAJE ADJETIVO VALOR
Madre Teresa de Calcuta GenerosaAmablePacienteQue ama desinteresadamenteCompasiva GenerosidadAmabilidadPacienciaAmor desinteresadoCompasión
Mi hermano InteligenteGenerosoAmableAlegreLeal InteligenciaGenerosidadAmabilidadAlegríaLealdad
Superman ValienteJustoFuerteEnérgicoBueno ValentíaJusticiaFuerzaEnergíaBondad

Ahora haz una clasificación de los primeros 10 valores.

Pon como primero el valor que más veces te sale y sigue así la clasificación.

Si algún valor tiene la misma puntuación entonces pon primero el que es más importante y significativo para ti.