NUEVOS OBJETIVOS

ITALIANO

Septiembre está a la vuelta de la esquina y para mí ha representado siempre el mes de los NUEVOS PROYECTOS y de la organización del nuevo año académico. Un mes lleno de objetivos que, como  enero, me llena de energía, esperanza y confianza en mí misma.

Las vacaciones acaban de terminar y sin duda nos habrán regalado nuevas experiencias, diversión, tiempo libre para nosotros mismos, parando el engranaje responsable de nuestra carrera y dándonos UNA VISIÓN NUEVA de lo que queremos realizar.

Es muy importante saber planificar nuestros objetivos para que no se transformen en los típicos buenos propósitos del año nuevo, que a menudo se olvidan en un rincón de nuestra mente.

¿Cómo elegir los objetivos?

El primer paso es acordarnos que nuestra vida no está dividida en compartimentos.

Con esto quiero decir que cada área específica de ella tiene repercusiones en las demás.

Te hago un ejemplo.

Imagina que mi objetivo de este año sea algo relacionado con mi vida profesional.

Si centro todas mis fuerzas y energías en el trabajo seguramente voy a descuidar otros aspectos que para mí son importantes, como la salud (hacer deporte, comer sano) y las relaciones personales (mi marido, mi familia, mis amigos…)

Si solo me centrara en el trabajo y consiguiera alcanzar mi propósito, estoy segura que no me sentiría ni más feliz ni más serena.

Piensa en una RUEDA DE UNA BICICLETA.

 Solo si todos LOS RADIOS tienen el mismo tamaño y grosor entonces la rueda podrá girar de forma fluida y constante. ¿Te imaginas una rueda con cada radio diferente el uno del otro? Uno largo, uno corto, otro mediano, otro que no está…¿Que rueda sería? ¿Cómo rodaría? Simplemente no rodaría, se rompería o se quedaría bloqueada.

También en la RUEDA DE LA VIDA, donde cada radio es un aspecto importante de ella (trabajo, familia, salud, ocio, espiritualidad, mente…), pasa lo mismo.

Por esta razón es importante planificar objetivos en cada una de estas áreas.

Fíjate en cual son los aspectos de tu vida que quieres potenciar, cuales quieres bajar y cuales quieres que se queden iguales, y entonces elige tus objetivos en relación con ellos.

¿Cómo hacerlo? Formulándolo de la forma correcta.

Un objetivo necesita tener unas específicas características:

1. Tiene que MOTIVARTE. Tiene que ser un objetivo que, al solo pensar el él, te de una descarga de energía, euforia y positividad. Algo que va a hacer la diferencia entre un antes y un después.

2. SER ESPECÍFICO. Tiene que ser descrito de manera muy detallada y escrupulosa. Si quieres adelgazar, por ejemplo, no vale formular el objetivo como “este año quiero adelgazar”.

Al ser poco específico se esfumaría en el tiempo. ¿Cuánto quieres adelgazar? ¿En cuánto tiempo? Una buena manera sería: “Quiero adelgazar 5 kilos en 2 meses”

3. Se dice que un objetivo es un sueño al que se le ha puesto una fecha de caducidad. Y es así, por este motivo es importante que elijas una FECHA LÍMITE para alcanzarlo. Esto te ayudará en siguiente paso que será dar forma a un plan de acción específico.

4. Tiene que ser MEDIBLE, para que puedas medir si te estás acercando o alejando de él.

Para hacerlo puedes dividir tu objetivo en varios objetivos intermedios más pequeños, que te darán la posibilidad de poder medir cuanto te falta para llegar a tu meta final.

5. SER REALISTA. Pienso que en la vida hay que mirar a lo alto porque como decía alguien “hay que mirar a la luna para coger a la águila, y a la águila para coger a la piedra”.

Pero también tenemos que ver la diferencia entre el mirar a lo alto y pedir algo irreal. Si quisiera transformarme en un astronauta y irme a la luna en dos meses, está claro que no sería un objetivo realista.

6. QUE DEPENDA DE TI. Este punto es importantísimo. No tiene significado enfocar nuestras energías y esfuerzos en algo que esté fuera de nuestro control. Tener como objetivo, por ejemplo, que alguien se enamore de nosotros, puede ser verdaderamente frustrante. Podemos dar lo mejor de nosotros mismos pero los sentimientos, las emociones y los pensamientos de otra persona no están a nuestro alcance.

7. ECOLÓGICO. No tiene que repercutir negativamente ni en tu vida ni en la de los demás.

Si quiero ser la jefa de la empresa donde trabajo, y para serlo tengo que actuar contra de mis valores faltando el respeto a mis compañeros, pues esto no sería un objetivo ecológico.

8. POSITIVO. No pienses en un elefante azul con un tutú rosa…Lo estás viendo, ¿verdad?

Sí, porque nuestro cerebro funciona por imágenes y si les dices que no hagas algo él automáticamente proyecta la imagen de este algo.

Por este motivo si decido de “no enfadarme con mi marido”, por ejemplo, me voy a centrar en el enfadarme con él. Un objetivo bien hecho sería en este caso: “tener un diálogo sereno con mi marido”.

Muy bien, ya que sabes cómo dar forma a tus objetivos quiero hablarte de cómo alimentar tu COMPROMISO y tu motivación para alcanzarlos.

El ser humano se mueve empujado por dos mecanismos: alejarse del dolor o acercarse al placer”.

Por esto es importante que elijas un regalo para premiarte en el momento en que alcances tu meta.

El PREMIO tiene que ser algo verdaderamente motivador e importante para ti, algo que te mejore la vida. Puede ser hacer aquel curso de submarinismo que tienes pendiente hace muchos años, o irte a una capital europea a pasar el fin de semana con tu pareja…Elije algo que sea verdaderamente significativo para ti!

Y para comprometerte de verdad declara tu objetivo a las personas de tu entorno: a tu marido, mujer, jefe, amigos…Saber que los demás saben lo que te has propuesto hacer tendrá un efecto propulsor aun más grande.

¡Ponte mano a la obra!

Con cariño

Federica