Estar enfocados en nuestros objetivos es el primer paso para alcanzarlos. Sin embargo es fácil caer en la trampa mental de la productividad. ¿A que me refiero? Pues, a que hay una grande diferencia entre ser productivos y ser eficaces. Puedo ser muy productiva empleando mi tiempo en llevar a cabo muchas tareas que sin embargo no me ayudan a avanzar hacia mis objetivos.
Hay una grande diferencia entre ser productivos y eficaces
Para hablarte de ello voy a contarte una historia. Cuenta la leyenda que….
No es la cantidad, es la calidad.
Hacer, hacer, hacer sin parar no siempre es la estrategia correcta. Como le pasa al leñador, llega un momento en que es fundamental para y afilar nuestra hacha. ¿A qué me refiero exactamente? Pues a analizar la situación en la que nos encontramos, tomar consciencia de lo que estamos haciendo bien y mal, identificar los aprendizajes útiles y buscar recursos nuevos para seguir avanzando en la dirección de nuestras metas.
¿Cómo afilar el hacha?
Te hago un ejemplo. Si estás estudiando 10 horas al día, no significa que sean bien empleadas. A lo mejor ha llegado el momento de para y ver si hay herramientas que no estés empleando que podrían mejorar la calidad de tu estudio reduciendo los tiempos.
Las técnicas de aprendizaje rápido son una forma de afilar el hacha en el estudio
Sé que, al principio, cuando apliques las técnicas por primera vez, te costará alejarte de tu método de estudio de toda la vida. Sin embargo, con un poco de constancia, paciencia y práctica, dejarás de tener la impresión de que estás “gastando tu tiempo”, y cada una de estas técnicas se transformarán en la mejor manera de afilar tu hacha y te permitirán «cortar muchos más árboles» de los que harías sin parar.