Empiezas a estudiar y de repente, a los pocos minutos llega una notificación de WhatsApp a tu móvil. La tentación de ver quién te ha escrito se apodera de ti. «Miraré y vuelvo a estudiar en seguida» te dices aunque dentro de ti sabes que no será así. Pronto la curiosidad te lleva a las redes sociales, luego un amiga te escribe y no puedes dejar de contestarle. Y es así que la poca concentración que tenías se ha esfumado en un instante.
¿Te cuesta concentrarte?
Todas las veces que miras tu móvil, tu correo electrónico, que te levantas de la silla para prepararte un café, interrumpiendo así la tarea que querías llevar a cabo, estás entrenando tu mente en distraerse. Qué fuerte, ¿no te parece?
Por suerte nuestro cerebro es plástico y podemos entrenarlo para concentrarse también. Aquí te dejo alguna idea para conseguirlo.
- Mantén tu móvil apagado o en modalidad aérea mientras estás llevando a cabo una tarea. Si estás estudiando, elige bloque de tiempo específico en el día para encenderlo y contestar a todos los mensajes y llamadas del tirón.
- Entrena tu mente en centrarse en el momento presente, en la atención plena. Para ello, elige una actividad diaria. Por ejemplo lavarte los dientes. Durante los minutos de esta tarea, todas las veces que te das cuenta de que tu mente empieza a divagar, para y conecta con una sensación física relacionada con esta actividad. Puede ser la sensación del cepillo que frota tus encías, o el sabor de la pasta de dientes.
- Todas las veces que tienes el impulso de mirar tu móvil elige una actividad alternativa. Por ejemplo, pasear por mi palacio de la memoria para repasar la charla que tengo que dar. O crear una agenda mental para el día de hoy.