AFILAR EL HACHA

ITALIANO

Este cuento ha sido y sigue siendo muy importante en mi vida. Espero que os sirva y sobre todo que os apoye en el conseguimiento de vuestros objetivos. Os deseo un feliz viernes y un buen fin de semana. ¡Buena lectura!

Con cariño

Federica

Dos leñadores trabajaban en el mismo bosque cortando árboles.

Los troncos de los árboles de este bosque eran impresionantes, anchos, sólidos y muy fuertes.

 Los dos leñadores utilizan sus hachas con la misma habilidad, pero con una técnica diferente:

el primero golpeaba los troncos con una perseverancia increíble, un golpe tras otro, sin parar en todo el día.

El otro leñador se tomaba cada hora un buen descanso debajo de las sombras de los imponentes árboles.

Al atardecer, el primer leñador sólo había conseguido cortar 10 árboles.

Había trabajado sin parar, se sentía exhausto y no iba a durar cinco minutos más.

El segundo seguía cortando y sólo le faltaba un árbol para lograr lo 100 troncos cortados.

El primer leñador no podía creer a lo que veía.

Los dos habían empezado juntos y los troncos de los árboles del bosque eran todos de igual tamaño.

Entonces el primero se acercó  y le preguntó:

«¡Yo no entiendo nada! ¿Cómo has conseguido cortar tantos árboles si paraste mucho más que yo?»

El otro entonces paró, lo miró a los ojos sonriendo y contestó:

«Querido amigo, me has observado muy bien. Es verdad he parado cada hora, pero lo que no has visto es que he aprovechado de cada pausa para afilar mi hacha.»