CUENTO: CRECER COMO UN ARBOL

He descubierto este cuento y me ha encantado. Su autora es Viki Morandeira de las que os aconsejo visitar el blogMe ha hecho recordar de cuantas veces renunciamos a nuestro más grande poder: lo de ser dueños de nuestra vida y de hacer de nuestra vida lo que realmente queremos.

A veces se nos olvida y nos transformamos en víctimas buscando afuera la causa de nuestra infelicidad y echando la culpa a las circunstancias o a los demás..

Espero que os guste!

Buen fin de semana!

con cariño

Federica

Un día, caminando para buscar un árbol que me cobijara, encontré dos que estaban juntos.

Uno era pequeño y parecía un poco enfermo, eran de la misma especie y no me preguntes porque lo se, pero tuve la sensación que habían sido plantados el mismo día.

El otro, era mas frondoso y parecía tener mas que compartir.

Los toque a los dos y finalmente me recosté a la sombra del mayor.

En unos minutos, comencé a escuchar unas quejas:

«Siempre igual..Cada día tengo que aguantar el mismo desprecio…La gente es muy egoísta, solo buscan su comodidad»

El constante sonido quejumbroso cesó de pronto, cuando se escuchó otro sonido, más profundo, calmo y relajante.

Era algo así como:

«Eres hermoso, igual que yo, porque venimos de la misma semilla. Si tu quisieras tendrías a más gente cobijada bajo tu sombra.»

«Si, pero la culpa es tuya. Si tu no estuvieras ahí, me elegirían a mi, eso ya lo se.»

«Mientras no te hagas responsable de ti mismo, encontraras siempre a quien culpar por tu falta de decisión y por no llegar tan alto como puedes llegar.»

 «Claro, pero de todos modos es tu culpa, tienes raíces más grandes y consigues más agua y nutrientes que yo…»

Y cambiando el tono, de quejumbroso a ligeramente humilde pregunto

«Dime, como lo has hecho?»

 «Cuando nuestras semillas viajaban juntas por el aire y caímos juntos en esta ladera, comprendí que tenía una responsabilidad: para llegar a sobrevivir debía buscar agua, formar raíces y asentarme.

Luego, una vez conseguido esto, no me conformé con ser responsable y descubrí que tenia una misión… Crecer y crecer hasta donde da mi potencial.

Por eso, mi tarea diaria es estirar un pocos mas mis raíces, buscar nuevas aguas, alimentarme mejor…

Y así , cuanto la gente agradece mi esfuerzo sentándose a mi sombra, vuelvo a aprender cada día que estoy aquí por esa misión, y con renovadas fuerzas y alegría, agradecido, vuelvo a estirar mis raíces un poco mas allá, mas profundo, experimentando nuevas aguas que me ayudan a seguir creciendo,,, así lo hago.  

Como lo has hecho tu?»

«Yo cuando caímos aquí, vi que la tierra era fértil, que cada tanto caía algo de lluvia y eso me proporcionaba alimento.

Te veía a ti esforzarte, estirarte para llegar mas lejos, y te tache de ambicioso.

En cambio, yo me quede recogiendo cómodamente el agua que llegaba a mis raíces. Como cada tanto llegaba.

No necesite esforzarme.

Ahora, ya mis raíces se han endurecido y atrofiado y por mas que lo intento no crecen como las tuyas.»

» Si dejaras de mirarme, y aprendieras que triunfar es superarse a uno mismo y no ganar a los demás, créeme, llegarías mas lejos.»

Una brisa suave y húmeda me despertó. Había dormido plácidamente hasta que una lluvia de primavera estaba dando su primer aviso..,

 Pasados unos años, volví a esa pradera, y me asombro ver dos árboles casi iguales, bellos, con sombra y estupendo aspecto. Al sentarme apoyado junto al tronco del que era ligeramente pequeño, recordé un sueño que tuve una vez sobre dos arboles….Y al recordar aquel sueño, me dije a mi misma… Que tontería de sueño!!!

Los arboles siempre crecen hasta el máximo de su potencial, solo los hombres nos conformamos y acomodamos para luego quejarnos y culpar a los demás de nuestro destino..

Me recosté y volví a echarme la siesta.

Viki Morandeira

ITALIANO