Ha llegado el verano, y con él las ganas de descansar, viajar, desconectar… pero muchas veces no lo conseguimos del todo. ¿Te ha pasado? Estás agotada/o del año, deseando soltar el ritmo intenso de trabajo o estudio, pero tu mente sigue atrapada en la necesidad constante de ser productiva. A mí me pasa todos los veranos, aunque vaya mejorando.

Hoy te cuento cómo desenfocar tu mente para recargar energía, despertar tu creatividad y conectar con tu bienestar mental y físico.

Vivimos en estado de hiperactividad (y no lo notamos)

Nuestro día a día está marcado por el estrés, la multitarea y la constante exigencia de “rendir”. Vivimos en modo alerta, haciendo listas interminables de tareas. Aunque ya estés de vacaciones o tengas un momento libre, es probable que tu cerebro siga en piloto automático.

Este ritmo sostenido de hiperactividad mental tiene consecuencias: agotamiento, frustración, falta de concentración y una desconexión cada vez mayor del momento presente. 

La solución: aprender a desenfocar

Se da mucha importancia a la capacidad de enfocarnos, de mantener la atención fija en metas y objetivos, de concentrarnos. Pero lo que muchas veces olvidamos es que también debemos aprender a desenfocar, desconcentrarnos.

¿A qué me refiero?

Desenfocar es darle un respiro a tu atención. Es dejar de mirar obsesivamente una sola tarea y ampliar tu perspectiva, observar tu entorno, tu interior y lo que ocurre sin ninguna intención productiva.

Este tipo de desconexión activa la red neuronal por defecto, un conjunto de redes cerebrales relacionadas con la creatividad, la introspección profunda y el descanso mental. Es ahí, en ese espacio aparentemente vacío, donde nacen las mejores ideas y soluciones inesperadas.

Ideas prácticas para empezar a desenfocar

1. Crea momentos de “no hacer nada”

No necesitas grandes vacaciones para desconectar. Basta con crear momentos conscientes de pausa. Puede ser en un parque, en tu balcón o durante un paseo. Detente a observar, a escuchar, a sentir sin exigirte nada.

2. Mira con ojos de niñ@

Conviértete en observador/a de tu entorno. Deja que la curiosidad guíe tu mirada. Escucha el canto de los pájaros, siente el calor del sol, observa los detalles de tu ciudad como si fuera la primera vez.

3. Conviértete en viajera de tu propia ciudad

EL viaje es un gran aliado de la desconexión. Hace que rompamos totalmente con la rutina, con lo cómodo, con lo conocido, haciendo que nuestra mente se abra, vuelva a conectar con la sorpresa y con la curiosidad. No hace falta irse lejos si ahora no puedes. Puedes transformarte en viajero/a en tu propia ciudad. Sal a un barrio que no conoces, piérdete por sus calles, explora nuevas cafeterías o parques. El viaje está en la mirada, no en la distancia.

4. Recupera una actividad que amabas

¿Hay algo que siempre has querido retomar y nunca has tenido tiempo? Para mí fue el dibujo. Llevo conmigo un cuaderno y lo uso en los momentos tranquilos, sin presión. Puede ser leer, pintar, escribir… lo que te conecte contigo misma.

Desconectar no es perder tiempo, es renovarte

El descanso no es un lujo, es una necesidad biológica y mental. Si llenas tu verano de momentos de observación, de juego, de exploración sin propósito… verás cómo regresa la energía, la claridad mental y la inspiración.

Recuerda: mente y cuerpo están profundamente conectados.

Te deseo un verano lleno de curiosidad, de sorpresas, de momentos regeneradores y enriquecedores. No hace falta hacer mucho. A veces, solo observar es suficiente para que la magia vuelva a tu mente.

Y...¡Tachán! La magia está hecha

¿Algún consejo mágico más?

Si sientes que necesitas desconectar, pero también te gustaría mantener viva tu motivación y cuidar tu mente este verano…He creado algo muy especial para ti.

Se llama Refresca tu mente y potencia tu memoria con el pensamiento visual y es un entrenamiento gratuito de 4 días en el que te guío, paso a paso, para que descubras técnicas visuales, creativas y divertidas para estudiar de forma más ligera, efectiva y sostenible.

Porque a veces no se trata de estudiar más, sino de recordar cómo aprender desde otro lugar: más creativo y sostenible en el tiempo.

Este entrenamiento es tu espacio para respirar, reconectar con tu imaginación, y volver a mirar el estudio y el aprendizaje de cualquier cosa con ojos nuevos.

Qué tengas una bonito verano

Nos vemos en septiembre

Un abrazo mágico

Federica 

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