¿Te ha pasado de sentirte frustrad@ y de no saber gestionar este estado de ánimo? En la entrevista en Radionuevaera te explico el por qué y cómo gestionar esta frustración para que se transforme en tu aliada y no en enemiga.

HAZ CLICK AQUÍ para escuchar la entrevista.

Cuando nuestros deseos no se cumplen, cuando las cosas no van de la forma esperada sentimos crecer dentro de nosotros una sensación de impotencia, vacío, molestia, enojo o ansiedad. Esta es la frustración. ¿Pero qué es exactamente? Es una respuesta emocional que llega cuando nuestras expectativas no son cumplidas.

La frustración, como todo todo en la vida, tiene dos lados de la misma medalla. Si por un lado, cuando no sabemos gestionarla, puede llevarnos a desanimarnos demasiado y hacer que dejemos de perseguir nuestros objetivos, por otro lado sí que tiene una ventaja, es decir que si le ponemos atención, nos damos cuenta de que nos trae un mensaje sobre lo que nos está pasando. Si aprendemos a descifrarle podemos gestionar este estado de ánimo de una manera efectiva y útil para nuestro bienestar emocional.

Y ¿cuál es este mensaje? La frustración nos está informando que nuestras expectativas no han sido cumplidas y no hemos actuado de la manera que nos hubiera gustado, es decir que nuestro YO REAL ha chocado con el YO IDEAL.

A menudo corremos detrás de una imagen de nosotros mismos, el yo ideal, que no encaja con la realidad, el yo real.  Las expectativas demasiado altas acerca de nosotros o simplemente el no ver los resultados que tenemos cuando queremos, son trampas que a menudo nos desaniman y hacen que dejemos el camino hacia nuestra mejor versión, hacia nuestras metas y sueños. Cuanto más grande es el desnivel entre los dos “yo”, mayor es el sentimiento de frustración, insatisfacción o culpa que sentimos. Para que se cree un equilibrio entre ellos podemos bajar nuestro yo ideal y subir el yo real.

Subiendo el “yo real” nos estimulamos a mejorar y a sacar lo mejor de nosotros con el objetivo de ser mejores personas. Bajando el “yo ideal” nos entrenamos a ser flexibles y más tolerantes con nosotros mismos, a darnos cuenta de que todo es aprendizaje que nos sirve para avanzar.

El primer paso para poder cambiar algo es tomar consciencia de ello. Así que aprende a escuchar los mensajes que te traen las emociones que sientes, tanto las agradables como las que no lo son tanto, como la frustración. Después pasa a la acción para poder gestionar esta frustración y evitar que se haga crónica. Te dejo seis sencillos pasos que puedes seguir para conseguirlo.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *