¿Te ha pasado alguna vez de sentirte bloquead@ y de tener la sensación de no avanzar?¿De sentirte como arrastrad@ por la PEREZA que poquito a poco te absorbe la energía y te impide reaccionar?
”Lo haré mañana” te repites, pero mañana se crea la misma idéntica situación: la pereza se transforma en dueña de tu vida. Pasas el día yendo al trabajo y volviendo a casa, dejando para mañana todas aquellas cosas que realmente tendrías tiempo de hacer hoy.
Pero ¿porque nos pasa esto? Suena un poco raro pero el CÍRCULO VICIOSO DE LA PEREZA puede transformarse en una ZONA DE CONFORT que nos da seguridad.
Una zona de confort muy aburrida pero confortable.
Lo que pasa es que cuando se cae en este mecanismo empezamos a sentirnos cada vez más cansados y dejados.
Tuve tiempo de observarme durante una temporada así y entendí la dinámica de este JUEGO MENTAL encontrando finalmente la manera de romperle.
La falta de ENERGÍA no depende de la intensidad de las cosas que hacemos durante el día.
No te estoy hablando de la falta de energía física: es normal sentirnos físicamente cansados después de un día muy intenso y largo.
Te estoy hablando del cansancio mental que, de todas formas, está directamente conectado con nuestra parte física.
Recuerdo periodos de mi vida en que me despertaba a las 6 de la mañana e volvía a casa a las 21.
Iba a trabajar y hacía muchas más cosas que me entusiasmaban (cursos, gimnasio, ver amigos y familia), llegando a casa por la noche todavía con mucha energía y ganas de que llegara el día siguiente.
El NIVEL DE ENERGÍA que tenemos no depende de las horas de sueño que tenemos por la noche ni del ritmo que tenemos durante el día.
El motor de la energía está dentro de cada uno de nosotros, es como un VENTILADOR que si está enchufado nos oxigena constantemente y de forma independiente del esfuerzo que estamos haciendo.
Muy bien, pensarás, pero ¿de qué depende si el ventilador está encendido o apagado?
Depende de una combinación muy importante: LA COHERENCIA entre lo que pensamos, lo que decimos y lo que hacemos.
Me explico mejor.
Si mis pensamientos están de acuerdo con mis palabras y mis palabras con mis actos, automáticamente vivimos en sintonía con nosotros mismos, nos respetamos y esto alimenta la energía que nos hace ser activos, creativos y entusiastas.
Cuando este equilibrio se rompe empezamos a sentirnos mal e incómodos con nosotros mismos. Por esto la energía deja de autoalimentarse, el ventilador se apaga y poquito a poco caemos en un ESTADO DE LETARGO que nos hace perezosos y negativos.
Nos agarramos a una ESTÉRIL PLANIFICACIÓN del futuro alimentando la esperanza de que las cosas cambien, pero al final, a la hora de dar el paso para hacerlo, nos quedamos paralizados.
Sí, porque es una falsa esperanza pensar que el mañana sea diferente del hoy si no hacemos nada para cambiarlo.
El artículo de hoy quiere empujarte a dar el primer paso para salir de este bache.
Pregúntate: “¿estoy actuando coherentemente con mis pensamientos y con mis palabras? ¿Estoy viviendo en sintonía conmigo mismo? ¿Estoy cultivando mi autenticidad personal?”
Si la respuesta es NO identifica cual es el factor de desarmonía y empieza a actuar hoy, haciendo una pequeña cosa para arreglar las cosas.
Dé el primer paso para salir de esta espiral. No tiene que ser algo trascendental sino algo sencillo y quizás práctico para traer paz entre estos tres factores.
¿Piensas y dices desde hace meses que quieres dejar de fumar pero la primera cosa que haces para empezar el día es encenderte un cigarrillo? Pues, ¡hoy no fumes! Mañana será otro día y todavía no existe, pero hoy si que existe y tú tienes el poder de cambiarlo y de cambiar tu vida.
¿Odias tu trabajo, dices que estás dispuesto a arriesgarte para cambiar el rumbo pero al final actúas completamente al revés? Cambia hoy, prepárate un buen currículum y empieza a enviarlo a las empresas donde te gustaría trabajar. O simplemente dedica 10 minutos a entender de verdad que es lo que sientes y busca la manera para devolver un equilibrio entre tu mente, palabras y acciones.
Empieza con una pequeña cosa y aumenta de intensidad cada día, ¡pero actúa ya!
La INMOVILIDAD no lleva a ningún lado, te chupa la energía y bloquea tu potencial.
Con cariño
Federica