A menudo los acontecimientos externos hacen que vivamos una vida que en realidad no nos hace felices.
El ser humano tiene una grande capacidad de adaptación que hace a que a veces nos adaptemos a lo que no queremos.
Buena lectura
Con cariño
Federica
Un halcón había sido capturado por un campesino y vivía atado por una pierna en el patio de una casa de campo.
Él se había resignado a vivir como un pollo normal.
Empezó a tirar de los remolcadores de cuerda que lo sujetaban a un fuerte haz del gallinero.
Miraba el cielo azul e intentaba volar con toda su fuerza. Inexorablemente, la cuerda le tiraba al suelo.
Trató y trató durante semanas, hasta que la piel de la pierna estaba completamente herida y las hermosas alas estropeadas.
Al final se acostumbró.
Después de unos meses se adaptó tanto a la situación que hasta le empezó a gustar la comida de los pollos.
Se limitó a sobrevivir. Así que no se dio cuenta de que las lluvias de otoño y la nieve del invierno habían podrido la cuerda que le ataba a la tierra.
Habría sido suficiente un último pequeño tirón para que el halcón fuera libre, amo del cielo.
Pero nunca lo hizo…se olvidó de ser un halcón.