Cómo leer más rápidamente

¿Te gustaría leer más rápidamente? Hacerlo conlleva aprender también a un ritmo más rápido, ya que el aumento de la velocidad lectora tiene que ir de la mano de una buena comprensión. Así que leer más rápido no quiere decir hacer una lectura diagonal o por encima.

La velocidad lectora

Una persona mediamente suele leer unas 200/250 palabras por minuto. Lógicamente este valor varía de persona a persona y también de lectura a lectura. Cuanto más compleja sea esta, más lentamente vamos a leer. Por ejemplo, no es lo mismo leerme un artículo de entretenimiento que uno científico.

Con un buen entrenamiento específico de lectura rápida, podemos pasar de leer unas 250 palabras por minuto a unas 700/800. 

¿Pero en qué consiste este entrenamiento? Básicamente en repetir diariamente ejercicios específicos enfocados en:

  1. Aumentar la velocidad de los movimientos de nuestros ojos
  2. Disminuir los puntos de parada en el texto
  3. Ampliar nuestro campo visual

Explico cada uno de estos puntos con sus ejercicios específicos tanto en mi libro MASTERMIND como en mi taller de LECTURA RÁPIDA.

Hoy quiero hablarte de algo relacionado con el punto 2 y 3.

Disminuir los puntos de parada en el texto

Cuando leemos, normalmente nuestros ojos efectúan varias paradas sobre las palabras, a veces más de lo que sería realmente necesario. Esta es una de las razones por las que solemos leer más lentamente.

Observa la frase que tienes en la imagen a continuación.

En la frase que acabas de leer he evidenciado algunos puntos de parada que normalmente elegimos durante la lectura tradicional.

Como puedes notar, cada palabra tiene su punto de fijación, sin importar su tamaño o su complejidad.

Si intentas seguir las fijaciones indicadas, puedes darte cuenta de que tu campo visual (la parte de texto que puedes enfocar con un solo punto de fijación) está lo suficientemente desarrollado como para enfocar tres o cuatro palabras a la vez, sin haber necesitado entrenar previamente esta capacidad.

Como acabas de comprobar, la calidad de la comprensión no disminuye para nada cuando bajamos el número de puntos de parada de lectura. Al revés, te habrás dado cuenta de que la lectura aparece más fluida.

Una forma de conseguirlo es empezar a utilizar un lápiz o un boli como guía durante la lectura, como si fuera un puntero. De esta manera puedes guiar tu visión en puntos concretos (2 o 3) y empezar a entrenar esta capacidad.

Ampliar tu campo visual

Desde que somos niños, nos han enseñado a estudiar sentados con el libro apoyado en el escritorio, ¿verdad?

De esta manera, la postura que adoptamos para leer, suele ser con el cuello inclinado a 90 grados hacia la mesa delante de nosotros. Esto, aparte de ser muy malo para nuestras cervicales, también influye negativamente en nuestra velocidad lectora.

¿Por qué?

Porque tener el libro apoyado en el escritorio hace que nuestro campo visual se haga más pequeño. Y ¿cómo solucionar este problema? Muy sencillamente, aprendiendo a apoyar el libro en un atril, para poderlo tener justo en frente de nuestros ojos, y así ampliar el campo visual. Te puedo asegurar que, al hacerlo, te beneficiarás de ello físicamente, ya que no cargarás tanto tu cuello, y mejorará tu rendimiento a la hora de leer.

Y...¡Tachán! La magia está hecha

Qué tengas una bonita semana

Un abrazo mágico

Federica