Los 4 secretos de tu memoria de trabajo

¿Crees que tienes una mala memoria? ¿De qué depende que recordemos más o menos información?

En el artículo de hoy voy a hablarte de la memoria de trabajo (la memoria a corto plazo) que es clave para el aprendizaje.

Memoria y "aprender de memoria"

Aunque solemos escuchar y utilizar la expresión «aprender de memoria» para referirnos a un aprendizaje sin comprensión, en realidad la MEMORIA es un elemento imprescindible para aprender. Piénsalo un instante. Sin memoria no hay aprendizaje. Si no somos capaces de recordar lo que leemos, escuchamos, etc., entonces no hemos aprendido ya que no podemos usar esta información de ninguna manera.

Así que la memoria es la facultad mental que nos permite aprender. ¿Pero, cómo funciona exactamente? ¿Cómo aprendemos? ¿Qué es lo que hace que pueda recordar algo a largo plazo? 

Un aprendizaje significativo se da cuando somos capaces de relacionar los nuevos conceptos de nuestro estudio con la información previa relacionada. Es decir, que aprendemos por relaciones de significado entre la nueva y la vieja información. Cuantas más asociaciones somos capaces de hacer, más sólido y perdurable será el recuerdo.

¿Cómo se crean las relaciones de significado?

Estoy segura que sabes que existe una memoria a largo y a corto plazo. Esta última se llama también MEMORIA DE TRABAJO. Es el espacio mental consciente donde manejamos la nueva información y donde creamos estas nuevas relaciones de significado. Conocer sus características es fundamental para aprender de una forma más significativa. La memoria de trabajo:

  • Es limitada.
  • Es sensible a las distracciones.
  • Es sensible a procesamientos mentales complejos.
  • Tiene una doble componente: visual y auditiva.

1. La memoria de trabajo es limitada

Esto quiere decir que se puede saturar cuando la información es demasiada. Por ejemplo, estoy segura que podrías memorizar un número de teléfono, pero sería muy complicado aprenderte un número de 100 cifras del tirón. En este segundo caso, tanta información acabaría llenando el espacio y saturándolo. ¿El resultado? No somos capaces de crear estas relaciones de significado y entonces de recordar la información.

2. La memoria de trabajo es sensible a las distracciones

Imagina que estas leyendo un tema nuevo. Estás concentrado/a y consigues avanzar pero, de repente, entran en el aula donde te encuentras un grupo de gente muy ruidosa. Pierdes el hilo de lo que estabas leyendo y tienes que volver a empezar. ¿Qué ha pasado? Han aparecido distracciones externas (ruidos, sonidos, personas, etc.), que han ocupado rápidamente este espacio mental impidiéndote estudiar.

Lo mismo pasa cuando las distracciones son internas: pensamientos, preocupaciones, emociones intensas. 

3. La memoria de trabajo es sensible a procesamientos mentales complejos

No es lo mismo leer un artículo de una revista de moda que un artículo en inglés de una revista científica. No es lo mismo recordar la tabla de moltiplicar del número 2 que hacer una operación matemática compleja. En este caso necesitarías hacer el ejercicio en un papel, ya que sería muy difícil llevarlo a cabo mentalmente. ¿Por qué? Pues, porque perderíamos en el camino algún paso importante y con él, el hilo del razonamiento.

¿Qué hacer para solucionar este problema? Pues divide los objetivos de aprendizaje en pequeños pasos alcanzables. Por ejemplo, si tu tema es de 30 páginas, divide su estudio en objetivos de 3 páginas. Apunta las ideas principales y crea un pequeño mapa mental con los conceptos clave.

4. La memoria de trabajo tiene una doble componente

Estas en clase. El profe proyecta en la pantalla unas diapositivas muy extensas y llenas de palabras. Se te cruzan los ojos y te das cuentas que no puedes escuchar la explicación del ponente a la vez de leer el contenido de las diapositivas. ¿Te ha pasado algo así? Ahora imagina que en vez de tantas palabras, en las diapositivas aparezcan esquemas o dibujos. Serías capaz de seguir el hilo del discurso ¿verdad? Esto pasa porque la memoria de trabajo tiene una doble componente: la auditiva (escuchar y leer) y la visual. Cuando se junta mucha información auditiva a la vez, nuestra memoria a corto plazo se satura rápidamente. Sin embargo, cuando llega de ambos canales, no pasa lo mismo.

Esto explica el poder de los mapas mentales para conectar con la información: es un claro ejemplo de información auditiva (palabras clave) y dibujos que cooperan a la vez. Así que ya sabes: el pensamiento visual es una herramienta extraordinaria para aprovechar mejor de nuestra memoria de trabajo, ya que las imágenes no la saturan tanto como las palabras.

Y...¡Tachán! La magia está hecha

Qué tengas una bonita semana

Un abrazo mágico

Federica