Espero que este cuento sea fuente de reflexión para que nos acordemos que no hace falta mucho para disfrutar de la vida. No hace falta correr un maratón infinito, todo lo que necesitamos en realidad está ya delante de nuestros ojos. Buena lectura y feliz fin de semana.
Con cariño
Federica
Un hombre rico veraneaba en un pueblo de pescadores.
Cada mañana, solía pasear por la playa, y siempre veía a un pescador dormitando en su barca.
Un día se le acercó y, tras los saludos de rigor, le dijo:
—Y usted… ¿no sale a pescar?
—Bueno… sí… —repuso el pescador—: salí esta mañana temprano, y no se dio mal.
—Y… ¿no va a salir otra vez?
—¿Para qué? Ya pesqué lo suficiente para hoy.
—Pero si usted pescara más, conseguiría más dinero, ¿no?
—¿Y para qué quiero más dinero, señor?
—Bueno, con más dinero podría usted tener un barco más grande.
—¿Un barco más grande?
—Pues claro… Con un barco mayor usted conseguiría más pesca, y más pesca significa más dinero.
—¿Y para qué quiero yo tanto dinero?
—Pero… ¿no lo entiende usted?: con más dinero podría comprar varios barcos, y entonces pescaría mucho más, y se podría hacer rico.
—¿Yo? ¿Ser rico?
—Sí, claro… ¿acaso no desea ser rico?
Podría usted comprarse una casa bonita, tener un coche, viajar, tener toda clase de comodidades….
—¿Y para qué quiero yo esas comodidades?
—¡Dios mío!… ¿Cómo es posible que no lo entienda?…
Si usted tuviera comodidades y riquezas, entonces podría usted retirarse a disfrutar y descansar.
—Pero, caballero… ¿no ve usted que eso es justo lo que estoy haciendo ahora?
Conocía esta historia, pero me encanta leerla de nuevo. Cuántas veces nos olvidamos de los fines que perseguimos y convertimos los medios que iban a servir para ello en los fines por los que vivimos. Me encanta este blog que me hace sentirme «como en mi propio blog»
Empezar la semana leyendo tu comentario me encanta!siempre aportas mucho con lo que dices! Muchas gracias!un abrazo!
Muchas veces me asombra ver cómo nos complicamos la vida para llegar al sitio del que partimos. Gracias por recordarme este cuento.
Gracias a ti por tu comentario! es facil perder el norte y olvidarnos de lo que realmente nos hace feliz!este cuento me ayuda a recordarlo y a parar cuando me pierdo en el maraton de la vida!un abrazo