A menudo la vida nos pone delante de un CRUCE en el que tenemos que elegir entre dos caminos. Te ha pasado alguna vez de escoger un camino y de preguntarte: ¿Y si hubiera escogido el otro ahora como sería mi vida? ¿Sería yo más feliz?
La mayoría de las veces esto pasa cuando las cosas no nos van del todo bien, cuando, en el camino elegido, vivimos un momento difícil o la realidad del momento no coincide exactamente con NUESTRAS EXPECTATIVAS. Es entonces cuando llegan las dudas: es humano y es normal!
Un coachee el otro día compartió conmigo una reflexión. Cuando tenía 20 años empezó a estudiar arte dramático y al cabo de una temporada lo dejó para dedicarse a su carrera universitaria. Hoy en día no se sentía muy satisfecho con su trabajo y, por eso, empezó a preguntarse cómo hubiera sido su vida si hubiera seguido su pasión juvenil.
Muchas veces nuestra mente suele IDEALIZAR lo que no tenemos.
Lo hacemos constantemente: de adolescentes cuando nos enamoramos de aquel/aquella chic@ del instituto que no conocemos de nada, cuando estudiamos y soñamos con un trabajo perfecto, cuando planeamos un viaje….
Son miles las ocasiones en las que nuestra mente mezcla nuestras expectativas con nuestras fantasías.
De esta manera idealizamos lo que todavía no hace parte de nuestra vida.
Creo que este mecanismo es por un lado muy útil, porque nos motiva a seguir nuestros sueños, pero por otro puede ser causa de insatisfacción: la realidad casi nunca coincide con las expectativas. Con esto no quiero decir ni que sea peor ni mejor, simplemente es diferente.
La cuestión se hace más compleja cuando empezamos a idealizar algo que no solo no hemos vivido, sino que hemos elegido no vivir para dar espacio a otras experiencias.
Imagínate que con 20 años María conoce a un chico, se enamora de él y elige ir a estudiar en otra ciudad para vivir a su lado. Pasan los años y resulta que la relación acaba muy mal. María se siente desilusionada, triste y se dice a sí misma:
“Si me hubiera quedado en mi ciudad no habría tenido que pasar por todo esto, habría tenido una vida más fácil al lado de mi familia y de mis amigos y seguramente habría conocido a un chico mejor, que no me hubiera hecho sufrir tanto”.
¿Qué está pasando en la mente de María?
Está idealizando un CAMINO PARALELO que en realidad no ha vivido.
Lo está visualizando como un camino de rosas, sereno, sin problemas ni sufrimiento.
Pero ¿Hubiera sido de verdad así? Nunca lo sabrá pero lo más cierto es que ningún camino está libre de problemas, de experiencias buenas y malas, de momentos difíciles…¡Es la vida misma que es así!
¿Qué sentido tiene amargarse la vida preguntándose como hubiera sido algo si nunca podemos tener la respuesta?
Creo que lo más importante es elegir un camino siendo COHERENTES y CONGRUENTES con nuestros VALORES. ¿Qué son los valores? Son la respuesta a la pregunta: “¿Qué es realmente importante para mí en la vida? Son nuestra BRÚJULA INTERIOR que nos indica el norte cuando lo perdemos.
Por esto es muy importante dedicar un poco de tiempo a mirarnos dentro, a reflexionar y aclararnos las ideas sobre cual son los valores que nos mueven.
Quizás estas preguntas pueden ayudarte en aclararte las ideas:
¿Cuando has elegido algo importante que es lo que te ha ayudado a hacerlo?
¿En cuales ocasiones te has sentido plenamente en paz y en armonía contigo mismo y con tu entorno?
¿En cuales ocasiones, al revés te has sentido mal, en conflicto contigo y con los demás?
¿Qué es la calidad que más aprecias en una persona?
Pienso que elegir con coherencia y con autenticidad es la clave para no tener ningún tipo de remordimiento.
Creo firmemente que muchas veces en la vida pasan cosas que son como preguntas: luego pasan días, meses o años y la vida nos responde.
Todo lo que hemos vivido nos ha llevado a ser la persona que somos hoy.
Todo ha tenido un sentido, cada cosa, buena o mala, nos ha abierto nuevas puertas, nos ha hecho aprender algo nuevo, nos ha hecho descubrir una faceta nueva de nosotros mismos.
Siempre llegan las respuestas. Cada día que vivimos es como una PIEZA DE UN PUZLE, y estoy segura que llegará el momento en el que podremos ver el dibujo que forman al juntarse.
Con cariño
Federica
Me parece muy acertado. Veo, más en chicas qie en chicos, el miedo a elegir sin tener la seguridad de que han elegido el camino perfecto.
Buenos dias Manolo! estoy de acuerdo! Seria todo mucho mas facil si alguien nos ensenara desde que somos pequenos a dejarnos ir por el flujo de la vida sin tener que controlarlo todo (perdona los errores de ortografia, te escribo desde italia con teclado italiano). un abrazo
Reblogueó esto en Reflexiones para ser feliz.
Hola Federica,
un asunto fascinante el descrito aquí. Se ha deslizado una palabra muy importante para mi: la autenticidad.
La falta de la misma (aunque podamos privarnos, a veces, de ella) para mi denota un escaso compromiso con nuestro diálogo interior. Es como abandonar la sala antes de habernos ido, :).
Pienso que, mientras aprendendemos, llegamos a elegir opciones contaminadas por presiones externas -que nos permitimos- por necesidades afiliativas, principios de autoridad, dependencias, etc. Estar presente, con todo lo que ello conlleva (de autoconocimiento, compromiso, pasión, …) es una buena brújula. Pero como tú dices, importa dedicarnos un poco de tiempo a mirarnos dentro. No podemos vivir las vidas de otros, ya están ocupadas ;).
De las fantasías paralelas, encontré ser el pensamiento contrafáctico o contrafactual (contra los hechos) y es así, que tiene una parte útil y otra bastante punitiva, a lo mejor como subproducto de la ansiedad.
Como de costumbre, un placer pasarme por aquí y aprender tanto, es un camino largo pero que , a la larga, nos devolverá mucha paz.
Feliz estancia en el país vecino.
Un abrazo
Buenos días Juanma!
Que alegría leer tu comentario!
Vivir en acuerdo con nuestros valores, dejando espacio a nuestros talentos, emociones y imaginación, sincronizándonos con el momento presente nos ayuda a conectar con nuestra autenticidad!
Gracias por tus palabras que siempre son una fuente grande de inspiración y reflexión!
Un abrazo!