Docentes y padres suelen preguntarse ¿por qué el alumnado muestra una actitud negativa hacia el estudio? ¿Por qué lo asocian con algo aburrido, difícil y pesado? ¿Cómo se podría cambiar esta situación? Los últimos estudios sobre neuroeducación ponen en duda la metodología tradicional de enseñanza en la escuela y ponen de evidencia, cada vez más, que el cerebro necesita emocionarse para aprender. Sin embargo, no es difícil observar que las horas dedicadas al estudio son monótonas y se encuentran desprovistas de las denominadas emociones positivas.
Parafraseando a Francisco Mora, doctor en Medicina por la Universidad de Granada y doctor en Neurociencia por la Universidad de Oxford, hay que rediseñar la forma de enseñar, creando nuevas estrategias que el profesorado pueda utilizar para despertar la curiosidad de sus alumnos. La curiosidad es la clave para abrir la puerta de las emociones, ya que sin emoción no hay aprendizaje.
Aquí encontrarás programas específicos para facilitar recursos y herramientas prácticas relacionadas con el aprendizaje y con la enseñanza, tanto del profesorado como del alumnado.