Quieres aprovechar mejor tu tiempo de estudio y crear, en menos tiempo, recuerdos más sólidos y perdurables? Lo que marca la diferencia entre un aprendizaje superficial y otro profundo y significativo, depende de dos factores: el nivel de comprensión y el tipo de actitud que tenemos durante la sesión de estudio. Hoy hablaremos de este segundo punto.
Recordamos más fácilmente aquello que despierta curiosidad
Cuando estudiamos de una manera pasiva el aprendizaje no es de buena calidad: ¿Qué significa estudiar de forma pasiva? Significa leer y releer varias veces un texto sin más, hacer largos y tediosos resúmenes copiando literalmente el texto, repetir mil veces un concepto como si fuera un poema. Es decir, una forma de estudiar monotona y aburrida.
No recordamos lo que nos aburre
Todo lo que genera aburrimiento solemos olvidarlo fácilmente ya que no le prestaremos la atención necesaria para crear las relaciones de significado de las que te hablé la semana pasada. Al contrario, todo lo que despierta emociones como la sorpresa y la curiosidad, sí que lo recordamos más fácilmente y más a largo plazo.
Para tener una actitud activa frente al estudio, y entonces tener encendida la llama de la curiosidad, te propongo estas técnicas:
- Práctica intercalada
- Escribir/diseñar a mano
- Usar el pensamiento visual
- Hacerte preguntas abiertas durante la lectura
- Autoexplicación
1. La práctica intercalada
La práctica intercalada es una técnica concreta que consiste en secuenciar los contenidos de manera que argumentos/ejercicios parecidos se presenten espaciados en el tiempo en lugar de aparecer de forma consecutiva.
Por ejemplo, si estamos aprendiendo matemáticas es más útil alternar ejercicios diferentes respecto a hacer del tirón todos los del mismo tipo. ¿Por qué? Porque en este caso podríamos empezar a trabajar en automático, sin razonar, es decir, de forma pasiva. Cuando alternamos ejercicios diferentes, mantenemos un nivel de atención superior, ponemos en marcha el pensamiento crítico y estamos alerta.
2. Escribir/dibujar a mano
Cuando hacemos un resumen (sin mirar el texto) a escribiendo a mano o un mapa mental, estamos activando más zonas a la vez de nuestro cerebro. Este mismo hecho hace que el aprendizaje sea más significativo. Si además de escribir, estamos creando nuestros dibujos para representar los conceptos clave del texto, entonces estamos activando aun más zonas y desarrollando al mismo tiempo nuestra creatividad. Y ésta va de la mano de la curiosidad y de una actitud activa.
3. Usa el pensamiento visual
- Para empezar quiero decirte que tenemos más neuronas dedicadas a la visión que a todos los demás sentidos juntos.
- Procesamos las imágenes mucho más rápidamente que las palabras.
- Cuando añadimos imágenes a las palabras recordamos mejor un concepto respecto a que si usamos sólo palabras.
- Las imágenes saturan menos la memoria respecto a las palabras, es decir qué recordamos más información cuando esta es visual.
4. Hazte preguntas
5. Autoexplicación
Cuando hayas acabado de estudiar tu tema dedica unos minutos en explicar su contenido con tus propias palabras. Puedes ayudarte creando previamente un mapa mental (sin mirar el texto) que te guie a través de los conceptos clave. Este ejercicio te ayudará a evocar (recordar) la información y a crear más relaciones de significado, consolidando tu conocimiento.